Tú ya existías…
No has llegado a mi vida como sorpresa alguna.
Existías en mis frías noches.
En la cálida luz de una luna llena.
Existías en mis sonrisas, en mis cantos, en mis silencios y en mis ruidos…
En la quietud de la media noche, ahí en esos minutos donde es imposible conciliar el sueño.
Mis manos ya te tocaban, mis labios ya te besaban y mis sueños ya te soñaban…
No te encontré, no te descubrí, no te idealicé, solo bastó mirarme en tus ojos para entender justo en ese instante que tú ya existías…
